La zooenergía es un método de transformación de la energía mecánica animal en energía eléctrica aprovechable para todos los ámbitos de la sociedad, pero sobretodo para el consumo doméstico.
En los sectores industriales se ha empezado a probar este método como suplemento de convencionales.
Los animales obtienen la energía necesaria para realizar sus funciones vitales de los alimentos que ingieren. Estos alimentos son transformados, mediante una serie de reacciones metabólicas, en unos productos finales, liberando energía que es aprovechada para sintetizar moléculas como el ATP (principal moneda energética del organismo). La energía química que contienen los enlaces de esta molécula se puede transformar en otro tipo de energía como por ejemplo la mecánica. Gracias a esto los animales nos movemos.
Ahora bien...¿podemos usar esta energía mecánica para generar energía eléctrica? Prueba de ello son los trabajos que se han ido realizando a lo largo de estos años, desde que un grupo de jóvenes estudiantes de biología e ingeniería industrial, preocupeados por el desolador panoráma energético mundial -el cada vez más cercano fin de los combustibles fósiles- decidieron desde la MIT (Massachusetts Institute of Technology) inspirados por un estudio realizado por el parque zoológico de San Diego que analizaba el trabajo útil realizado por un Hámster en su ciclo vital, dicho trabajo, imprescindible para su supervivencia y longevidad.
El funcionamiento consiste en acoplar una rueda típica, por la que correría el hámster, a una turbina convencional que generaría la electricidad.
Comprobaron a través de determinados experimentos que la energía mecánica producida por un grupo de 30 hámsters comunes ( Cricetus cricetus ), era suficiente como para mover una turbina eléctrica que produjese 201 KW/h, consumo medio de un hogar tradicional.
Como dijo en 2004 la encargada de dicha investigación, Anne McPearson, "we have found the solution of people fears about the energy trouble" (Hemos encontrado la solución a la preocupación popular sobre el problema energético).
Es una energía limpia, puesto que los residuos biológicos son degradables por el medio ambiente -cuando no una alternativa al problema alimenticio-, y es, además, una energía barata, pues los únicos costes que acarrea sería la alimentación de los hamsters -u otros animales que se pudieren emplear- y la instalación.
Prueba empírica: http://www.otherpower.com/hamster.html
